Los árabes utilizaban la técnica del tapial (denominada luh) que consistía en un encofrado de madera recuperable en cuyo interior se vierten capas sucesivas de hormigón o barro. El tapial propiamente dicho es la horma que contiene al material, formado tableros y agujas de madera para asegurarlos durante el proceso de relleno. Las ventajas de esta técnica son que no precisa mucha mano de obra, requiere poco tiempo de ejecución, muchos materiales son sencillos que se recogen a pie de obra y que tiene una gran versatilidad, resistencia y plasticidad en comparación a otras técnicas más costosas. Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo que veáis las fases constructivas:
La última imagen se corresponde con una sección de muralla ya terminada. La parte anaranjada que se ve es porque la parte superior era menos reforzada ya que era mucho menos vulnerable a las armas de asedio o a las riadas. En esta parte se combinaba el hormigón (mortero de cal) exterior con un relleno de barro lo que permitía ahorrar en cal. La parte inferior era de hormigón macizo para dotar a la muralla de la mayor resistencia posible ante los ataques de los zapadores o los agentes naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario